Citaré a la cerveza corona –
evita el exceso – y sí todo exceso puede ser perjudicial pues permiten tan sólo
una visión parcial y particular de algo que de entrada puede resultar plural y
vasto. He de decir que me resulta muy
interesante y revelador saber que el medioevo no es esa época totalmente
castrante de parte del clero, pues había momentos donde el pueblo podía
respirar y quejarse. Las formas dramáticas sacras me permiten ver que resolvían
a través de signos el binomio espacio – tiempo, - y eso que Ferdinand de
Sassure aún no escribía nada al respecto -
Las alegorías utilizadas son también de pensar, ¿serán estas la base de
las empleadas en los autos sacramentales del siglo de oro español? – si alguien
tiene la respuesta hágalo saber, pues sería interesante – Dentro de las formas
profanas, vemos como la gente puede expresar todo aquello que le parece risible
y molesto, existía un tiempo para hacerlo y es que no pensar en esa válvula de
escape sería ir contra natura, pues el hombre de facto tiene la necesidad de
ser contestatario en pequeña o gran medida – y esto que el teatro “de protesta”
latinoamericano del siglo pasado, se considera renovador, por esto reitero que
nadie inventa el hilo negro – es aquí donde quisiera dejar de ver al pasado y
ver nuestras circunstancias. Haciendo el paralelismo ¿qué sería lo profano para
nosotros? ¿Qué sería lo sacro dentro de nuestra teatralidad? ¿Qué función tiene
cada una de esas formas teatrales dentro de nuestro contexto? Será que el
teatro que se presenta en el CCB o El Milagro o los Teatros de la Ciudad de
México es el políticamente (hablando desde el gremio) correcto, partiendo desde
una visión artística y Perfume de Gardenias o las Novelas de Azteca o Televisa
son las formas profanas, las que atienden a lo vulgar. No será que es una
aseveración delicada pues atienden a una válvula de oxígeno para la sociedad de
nuestros días – esto apenas es una especulación, no lo sé ni lo digo de cierto,
pues también le veo sus deficiencias a lo que planteo – Sin embargo, y en
conclusión afirmo que tanto lo sacro como lo profano cumplen una función en un
determinado contexto, y esta terminología dialéctica
tienen sus paralelismos, en lo correcto y lo incorrecto, en nuestros tiempos.
Creo que nada está escrito, pero vamos llenémonos de subjetividad.